Inseguridad en Breña: joven es asaltado y presencia extorsión en un mismo día
- Ximena Vicente
- 16 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 may
Escrito por Ximena Vicente
Un gran día de universidad se convierte en una pesadilla. Paolo, un joven estudiante de Federico Villareal fue asaltado en las desoladas calles de Breña
El pasado 11 de abril, cerca de las 6:30 p.m., Paolo Mejía, un joven universitario, fue víctima de un asalto en el distrito de Breña. Un día que debía ser inusual para Paolo se convirtió en la peor experiencia personal que pudo tener.El hecho ocurrió cuando salía de la casa de una de sus compañeras, donde se encontraba pasando una cálida tarde junto con sus compañeros de carpeta. Paolo se dirigía a su paradero habitual en el cual suele tomar el bus de regreso a casa junto a dos compañeros.
Paolo despide por el rumbo a sus compañeros y continúa con su trayecto, cuando en plena vía pública, fue interceptado por dos sujetos de presunta nacionalidad extranjera, a bordo de una moto lineal. Los delincuentes descendieron del vehículo y lo atacaron. Lo sujetaron por el cuello y le arrebataron sus pertenencias personales.

Los asaltantes, que actuaron con rapidez y violencia se llevaron su billetera, su teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos. Tras cometer el robo, escaparon dándose a la fuga. La escena duró apenas unos segundos y nadie intervino ya que esa zona es muy poco habitada en las tardes. Paolo, se sentía apeligrado, pero intentó calmarse y continuó su camino hacia su paradero.
Ya dentro del bus, creyó haber dejado atrás el mal momento. Sin embargo, minutos después presenció otro acto delictivo. Un hombre se subió al vehículo y comenzó a exigir dinero al conductor, amenazándolo con romper su luna. La tensión alarmó a los pasajeros los cuales no podían intervenir. El extorsionador bajó sin que nadie lo enfrentara, dejando al chofer nervioso y a todos en alerta.

El doble incidente en tan poco tiempo expone la alarmante inseguridad que se vive en Lima. Aunque logró llegar a casa sin heridas físicas, el miedo y la impotencia son sentimientos que lo acompañan al salir de su casa. Al día siguiente, acudió a la comisaría para denunciar lo ocurrido. Pero no se mostró muy optimista respecto al seguimiento del caso.
La denuncia fue recibida y está en proceso de investigación. No obstante, Paolo aseguró que no espera grandes avances. La sensación de desprotección es parte en su rutina diaria. Desde ese día, evita caminar solo y cambia constantemente de ruta para volver a casa. La confianza en las autoridades es prácticamente nula.
Breña, al igual que otros distritos de Lima, enfrenta una ola creciente de criminalidad. Vecinos denuncian constantes robos, extorsiones y asaltos, muchos de los cuales no llegan a ser registrados. La falta de patrullaje policial y la impunidad con la que actúan los delincuentes generan desesperación.

Mientras tanto, los ciudadanos deben adaptarse a vivir con miedo. Las denuncias se acumulan sin respuestas claras ni soluciones efectivas. La percepción de inseguridad sigue en aumento.
El caso de Paolo Mejía es un reflejo de lo que muchos peruanos viven a diario. Asaltos, amenazas y extorsiones se han vuelto parte del paisaje urbano. Aunque presentó su denuncia, siente que el sistema no está de su lado.
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